Creemos que nuestro señor, el Cristo, nos ha dado ORDEN para juzgar, es decir: confrontar la verdad con la mentira, para que de este modo no seamos engañados: ‘’no juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio’’ (Juan 7: 24.) “Juzgad”, instruye Cristo, pero no arbitraria, injusta, material o carnalmente, sino “con justo juicio”.
En mateo 24 Cristo advierte a sus discípulos sobre los ataques que
sufriría la verdad del evangelio por los falsos profetas y les ordena
no dejarse engañar. Definitivamente para no dejarnos engañar tenemos que
juzgar de acuerdo a las escrituras todo lo que predican aquellos que se dicen ser profetas, apóstoles o pastores. Cristo nos dice: "Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo (falsos "ungidos"); y a muchos engañarán."
Mateo 24: 4-5. Tenemos que recordar que todo el capítulo de mateo 24 es
una referencia profética donde Cristo pone en evidencia los
acontecimientos del fin, poco antes de su segunda venida: precisamente
el tiempo que estamos viviendo hoy. Jesús sabía que las sanas
doctrinas predicadas por él y sus apóstoles iban a ser manipuladas y
cambiadas por fábulas mentirosas y es por eso que da la orden de no
dejarnos engañar. La única forma de no dejarnos engañar es juzgando con justo juicio,
ya que aquellos que no obedecen esta orden de Cristo van a ser presa
fácil de los falsos profetas que han invadido el cristianismo. Esto lo
reconoce el señor cuando dijo lo siguiente: "Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos" Mateo 24: 11.
Los apóstoles de Cristo recibieron de manera profética la revelación
de que al final de los tiempos se levantarían un sin número de
engañadores que van a tener el propósito de manipular, destruir,
trasquilar, y mantener a los cristianos atados a falsas leyes,
tradiciones y doctrinas de demonios; Leámoslo: “Porque yo sé que
después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que
no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que
hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.” Hechos 20:29-30. "En
el pueblo judío hubo falsos profetas, y también entre ustedes habrá
falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías destructivas,
al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una
pronta destrucción. Muchos los seguirán en sus prácticas vergonzosas, y
por causa de ellos se difamará el camino de la verdad. Llevados por la
avaricia, estos maestros los explotarán a ustedes con palabras
engañosas. Desde hace mucho tiempo su condenación está preparada y su
destrucción los acecha." 2 Pedro 2: 2-3.
Muy al contrario a las ordenes de Cristo; en el sistema iglesiero
apóstata tanto católico, ecuménico, evangélico, etc; se enseña que "no se puede juzgar", mucho menos "las enseñanzas" (doctrinas) de
quienes encabezan esas instituciones. Esto se debe a que los dirigentes
de esas organizaciones eclesiásticas no les interesan que sus falsas
doctrinas, falsas tradiciones, falsas leyes de concilios, falsos credos y
dogmas queden al descubierto y de este modo se descubra sus engaños.
Tomemos el ejemplo de los concilios evangélicos pentecostales: ellos les
enseñan a sus feligreses que ¡Mucho cuidado con levantarse en
contra del "ungido de Jehová"! ¡Aquel que se "levanta" contra el "ungido de Jehová" acarrea la maldición de Dios! Esas
expresiones vienen cuando una persona que pertenece a algunas de esas
iglesias es iluminada por el espíritu de Dios y se da cuenta de los
engaños doctrinales de algunos pastores que se autoproclaman "los ungidos de Jehová" (falsos cristos) y comienzan a confrontar a esos "pastores" usando el justo juicio. Para callarles la boca estos líderes apostatas los amenazan de estarse levantando en contra del "pastor" (el supuesto "ungido"). Entonces estos "pastores", cuando ven amenazado su "infabilidad", comienzan a acusar a la persona que juzga con justo juicio de ser "rebeldes", "contenciosos", "divisores"
etc: ponen a los demás feligreses en su contra y, al final, los
expulsan de sus iglesias.
Es lo mismo que los papas católicos, los cuales aseguran que son "infalibles", es decir: que lo que ellos dicen "no tiene error"
y por tanto "sus palabras tienen que tomarse como si fuera el mismo
Dios quien estuviera hablando". Es por eso que en la edad media los
papas católicos excomulgaban, apresaban y hasta mandaban a quemar en la
hoguera a todos aquellos que juzgaran con justo juicio sus palabras,
doctrinas y tradiciones.
Esta actitud hipócrita se ha ido intensificando en este tiempo a
medida que los lideres iglesieros del medio evangélico se van uniendo a
la gran ramera católica a través del ecumenismo apostata; y al mismo
tiempo, mantienen a los incautos feligreses de sus iglesias o concilios
dormidos mientras les predican el FALSO evangelio de la avaricia, o
prosperidad como le llaman ellos, con shows emocionalitas, con gran
algarabía en sus iglesias, estruendos musicales, actos de magia y
predicaciones que incitan a la búsqueda de dinero y posición para de
este modo poder llenar sus megas iglesias apóstatas de cristianos
muertos espiritualmente.
Esos falsos ministros le están enseñando a los cristianos ignorantes
(los que no escudriñan las escrituras y se someten mas al hombre que a
Dios) que si quieren obtener prosperidad, salud, riquezas y poder
espiritual la única forma de conseguirlo es pactando con Dios
entregándoles a ellos, (es decir: a los pastores, apóstoles y
profetas que dirigen esas congregaciones); dineros y bienes en forma de
ofrendas, diezmos y donativos: todos esos bienes van a parar a las
arcas de esos ministerios fraudulentos que están levantando verdaderos
imperios a costillas de los cristianos ignorantes que les entregan a
ellos sus dineros.
En este nuevo evangelio de la avaricia todo gira
alrededor de cuánto dinero el creyente le puede supuestamente dar a
Dios, para que luego Dios se vea también supuestamente obligado y
comprometido a bendecir con riquezas y bienes al que mas muestre fe
ofrendando dinero: ya que esos lobos rapaces aseguran que el dinero es
como una semilla que, cuando alguien la siembre en sus ministerios,
estas van a dar frutos multiplicados; en pocas palabras: Dios es un "mercader"
que solo bendice a los que le traigan dineros y bienes. Todos estos
falsos ministros predican el falso evangelio de la avaricia.
El mismo Cristo nos da el ejemplo al confrontar públicamente a los apóstatas fariseos y maestros de la ley: les decía: "Muchas cosas tengo que decir y juzgar de vosotros" (Juan 8: 26). "Así habéis invalidado el mandamiento de Dios por vuestra tradición.
Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo
de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me
honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres." (Mateo
15:6-9). Cristo los denunciaba delante del pueblo para que todos
conocieran quienes eran los engañadores y reprendía en público a esos
apóstatas usando contra ellos fuertes insultos; les decía de la siguiente manera: hipócritas, guías ciegos, sepulcros blanqueados, serpientes, necios, generación de víboras; (Mateo 23:23-34). Y el peor de todos los insultos: "Vosotros sois hijos de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer" (Juan 8:44). Siguiendo esta misma regla el apóstol pablo llamaba "perros"
a quienes querían ligar la maldición de la ley con la gracia (leer
galatas). A diferencia de los santurrones iglesieros de la actualidad, a
los cuales se les prohíbe juzgar a los profetas, apóstoles, pastores y
ungidos; los cristianos primitivos tenían una instrucción muy diferente.
El apóstol pablo les enseñaba de la siguiente manera: "Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen"
(1corintios 14: 29). Estas simples palabras de pablo derrumba el mito
en que se amparan los apostatas iglesieros, aquellos que dicen que no se
puede juzgar a los supuestos ungidos y profetas. Al igual que Cristo,
el apóstol pablo ordena a los verdaderos creyentes a apartarse de todos
aquellos que están en apostasía; Leámoslo:
"Pero os ordenamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Yahshua, el Cristo, que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente, y no según la enseñanza que recibisteis de nosotros" (2
Tesalonicenses 3:6). El apóstol pablo tenía una lista negra de falsos
ministros que se habían vueltos apostatas: Himeneo y Alejandro… Figelo y
Hermógenes … Himeneo y Fileto …
Estas son tres parejas (APOSTATAS) de
nombres mencionados en las epístolas de Pablo a Timoteo, y asociados con
conductas turbias, con blasfemias y apostasías. Estos pasajes bíblicos
dan también a demostrar que los verdaderos apóstoles de cristo no
escondían los nombres de los apóstatas, sino que advertían a las
iglesias contra tales individuos y los ponían al descubierto. También
el apóstol Juan describe a un verdadero dictador dentro del
cristianismo: un hombre que dentro de la iglesia hacia su propia
voluntad y tenia a los creyentes sometidos a falsas leyes (imagen
perfecta de la gran mayoría de falsos apóstoles del medio evangélico).
ese hombre tenia el nombre de Diotrefes (3 Juan 9-11).
Son muchos los que conforman la listas de apostatas ecuménicos que se
hacen pasar por ministros ungidos, apóstoles, pastores y profetas:
Benny Hinn, Marcos Witt, Luis Palau, Cash Luna, Guillermo Maldonado,
Billy Grahan, Ronny Chaves, Otoniel Font, Wanda Rolon, Ana Mendez
Rerrel, Edwin Santiago, Aquiles Azar, César Castellanos, Dante Gebel,
Kenneth Copeland, Morris Cerillo.
A todos estos tenemos que reconocerlos de la misma forma que pablo: "Porque
éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como
apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se
disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus
ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será
conforme a sus obras." 2Corintios 11:13-15.
A esos falsos profetas tenemos que desenmascararlos públicamente y enseñar a los verdaderos cristianos a confrontarlos: "...porque existen muchos contumaces habladores de vanidades a los cuales es preciso tapar la boca". Tito 1: 10-11. "...debemos contender ardientemente por la fe que ha sido dada a los santos". (Judas
3). Y la única forma de hacerlo es estando bien fundamentados en las
doctrinas de las sagradas escrituras tal y como la predicaron Cristo y
sus apóstoles: "Así que, hermanos, estad firmes, y retened la
doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra". (2
Tesalonicenses 2:15).
Es nuestro deber tomar la actitud de Cristo y sus apóstoles en contra
de los mentirosos, falsos profetas y de toda institución seudo
cristiana que enseñen falsas doctrinas, es por esto que el apóstol Pablo
aconseja lo siguiente: "Sed imitadores de mí, así como yo de cristo". (1
Corintios 11:1). Ni Cristo ni sus apóstoles dejaban impunes a los
emisarios de Satanás disfrazados de falsos apóstoles, falsos pastores y
falsos profetas: ellos los denunciaban públicamente por tanto es una
orden bíblica imitarlos. También es nuestra responsabilidad abrir los
ojos de nuestros hermanos que todavía están cautivos dentro del
sistema iglesiero babilónico para que se cumple esta orden del Dios
padre: "Salid de en medio de ellos, pueblo mió; para que no seáis participes de sus pecados ni recibáis partes de sus plagas". (Apocalipsis 18: 4).
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